
“He puesto tantos enigmas y puzzles que van a mantener ocupados a los catedráticos durante siglos, debatiendo sobre lo que yo quería decir, y esta es la única manera de asegurarme la inmortalidad”.
No cabe menos que decir que lo logró, a pesar de algunas críticas que lo acusaron (y continúan acusando) de crear un libro extremadamente difícil, de una lectura intrincada, complicada y que sólo puede ser entendida (al menos en parte) por una afición semi especialista de lectores; es decir, el lector común puede entrar al Ulises, “pero tal vez nunca encuentre la salida, teniendo que salir por donde entró”.
Joyce realiza, en esta novela, una serie de experimentos linguísticos y literarios, fundando un estilo completamente original en la literatura mundial, y dando rienda suelta a una creatividad que no conoció límites, y tal vez por eso excedió los límites ajenos. Una obra que escapa al entendimiento de muchísimos estudiosos, y tal vez, como se ha postulado, también del de Joyce.

La estructura de la novela ha sido llamada “estructura homérica”, porque traza un paralelismo (o “sistema de paralelismos”) con la Odisea de Homero, que funciona en diversos niveles: tanto en el lingüístico, como en el retórico, el simbólico y el interpretativo.
No puede entenderse al Ulises de otro modo que no sea desde el pensamiento y los actos interiores de los protagonistas (que a la vez, se ha postulado con suficiente certeza que se trata de sus álter egos –Bloom, en su vejez, y Dedalus en su juventud). Este ha sido otro nuevo acierto de Joyce, dando una nueva vuelta de tuerca a la literatura moderna, que, en mayor o menor medida, tenían cierto grado de objetivismo, tanto en su argumento como en su interpretación.
Joyce fue un autor de una originalidad única, una creatividad incomparable y un talento especial, de esos que no se ven seguido. Jorge Luis Borges escribió sobre él: "Es indiscutible que Joyce es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo. Verbalmente, es quizá el primero. En el Ulises hay sentencias, hay párrafos, que no son inferiores a los más ilustres de Shakespeare o de Sir Thomas Browne". Como dice la edición en español de Santiago Rueda: “Ha pasado casi un siglo de estudios que profetizaba Joyce, y la cantidad de ensayos sobre su obra es ya tan extensa, que prácticamente cada día se añade alguna interpretación o algún dato nuevo. De Joyce, y sobre Joyce, se ha dicho todo, y al mismo tiempo está todo por decir”.
Muy bueno, estoy ansioso por ver con mis propios ojos lo que Joyce no puede ya explicarme en persona, pero como estoy leyendo por orden cronológico aun me faltan unos añitos para llegar a Joyce, apenas estoy saliendo de leer los libros de Aristóteles, así que me falta bastante.
ResponderEliminarEstúpido...
ResponderEliminar¿te faltan 3000 años para llegar a joyce?pero el ya murio
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