viernes, 20 de marzo de 2009

Versos de Saramago

Las novelas del famoso escritor portugés José Saramago son harto conocidas por todos (las hayan leído o no). Inclusive hace relativamente poco se estrenó una película, "Blindness", basada en su libro "Ensayo sobre la ceguera". Su prosa es magnífica, dinámica e innovadora. Pero me acercaron un ejemplar de su "Poesía completa", y debo decir que, si bien su fuerte es la narración en prosa, y no se puede dudar de ello, tiene algunos versos dignos de ser recordados, o que por lo menos a mí me parecieron muy interesantes, y que comparto con ustedes a continuación. Hay que aclarar también que sin dudas se pierde mucho en la traducción del portugués al castellano, pero el sentido y la fuerza de las palabras está presente, no importa el idioma. Si tienen la oportunidad, denle una hojeada a este libro que, está claro, no es excepcional, pero tiene pasajes conmovedores y memorables.

"Donde tu sombra, mi perfil
es línea de certeza. Ahí convergen
las olas circulares, en su límite
el punto riguroso se propaga.
Ahí se reproduce la voz inicial,
la palabra solar, el lazo de la raíz.
De nosotros nace el tiempo, y, creadores,
por la fuerza del perfil coincidente,
cogidos de la mano, amanecemos dioses".
(de "Donde tu sombra").

"Si es altar el poema, sacrifico.
En la piedra de luna que es el verso
cobra filo el cuchillo de lo vivo.
Aquí vendré de rodillas. No rechazo
al ciervo de los prados de mi sueño,
ni al dardo violento que lo alcanza.
Sin leña gruesa no hay fuego,
aunque las manos de la luz acaben sucias
de apagadas cenizas de palabras".
(de "Ritual").

"Quince mil días secos han pasado,
quince mil ocasiones que se perdieron,
quince mil soles nulos que nacieron,
hora a hora contados
en el solemne, mas grotesco gesto
de dar cuerda a relojes inventados
para buscar, en los años olvidados
la paciencia de ir viviendo el resto".
(de "Lugar común del cuadragenario").

martes, 10 de marzo de 2009

Nuevas búsquedas

Es natural en mí emprender nuevas búsquedas, es que necesito el perpetuo devenir que otorga lo variable, la espera, la impaciencia. No hay motivos para suponer que encuentre alguna vez algo, pero es esencial a la búsqueda la posibilidad de que eso que estamos buscando, jamás aparezca. Tal vez es inherente al proceso, creo yo, el hecho de que jamás encuentre lo que necesito, jamás lo voy a encontrar. Pero en el nunca que pronuncio, está el siempre que no pronuncio, y es que todo lo que nunca será, siempre no será. De la misma forma en que sufro las pérdidas (inalcanzables a veces, inevitables siempre) disfruto del comienzo de una nueva búsqueda. Y buscar, allí donde ya no debo buscar, allí donde ya no hay nada, o está todo, pero tan lejos que no se llega a ver… Si lo cercano tiende a alejarse, lo lejano… bueno, lo lejano sólo esta lejos, y la distancia es subjetiva y permanece, aunque se acorte, permanece, aunque se extinga. La búsqueda pasa por acortar distancias, por eludirlas, pero en sí, la distancia no desaparece, sólo es esencialmente parte de nosotros, de lo que perdimos.

En el recuerdo de aquellas cosas es que la encuentro, lejana, perdida, brillante. Y pienso a veces, en mi búsqueda del fracaso, de lo indebido, que si dejara de buscarla… Quién dice que el pasado no vuelva por sus propios medios, ese ayer que no pude alcanzar por mí mismo, me alcance tiempo después. Pero me cuesta, ese autoritarismo tan mío es el que me hace buscar, aún sabiendo que no hay nada, que no voy a encontrarla. Y es que el recuerdo es tan vívido, cuando se escapa, cuando me huye, cuando regresa, pero, a pesar mío, sólo es recuerdo. No debemos confundirnos, el recuerdo sólo es recuerdo, esquirlas del pasado, imágenes borrosas, o no tanto… pero siempre, siempre ajeno. Distinto a lo que ya perdimos, que nos pertenece, ahora y siempre, en forma de recuerdo, de olvido, de memoria, de nostalgia, de melancolía, de canciones, de esquinas, de lugares, de olores, de amores… nuestro, todo. Al final del camino me encuentro, al final de mi búsqueda, repetida, como único resultado, veo que simplemente somos lo que perdimos. Así es como sepulté mi esperanza de su regreso, del retorno de aquel brillo en sus ojos, de la mirada al corazón, de la risa infinita, de la palabra precisa, del corazón astillado, del tiempo en su boca. Todo eso forma parte de mí, porque lo he perdido, porque miro la noche, y busco al silencio, y encuentro la sombras que no hablan, pero calladas dicen tanto, y recuerdo, que no podemos perder aquello que nos pertenece. El recuerdo no es mío, pero sí la pérdida.

Kutxi.