martes, 10 de marzo de 2009

Nuevas búsquedas

Es natural en mí emprender nuevas búsquedas, es que necesito el perpetuo devenir que otorga lo variable, la espera, la impaciencia. No hay motivos para suponer que encuentre alguna vez algo, pero es esencial a la búsqueda la posibilidad de que eso que estamos buscando, jamás aparezca. Tal vez es inherente al proceso, creo yo, el hecho de que jamás encuentre lo que necesito, jamás lo voy a encontrar. Pero en el nunca que pronuncio, está el siempre que no pronuncio, y es que todo lo que nunca será, siempre no será. De la misma forma en que sufro las pérdidas (inalcanzables a veces, inevitables siempre) disfruto del comienzo de una nueva búsqueda. Y buscar, allí donde ya no debo buscar, allí donde ya no hay nada, o está todo, pero tan lejos que no se llega a ver… Si lo cercano tiende a alejarse, lo lejano… bueno, lo lejano sólo esta lejos, y la distancia es subjetiva y permanece, aunque se acorte, permanece, aunque se extinga. La búsqueda pasa por acortar distancias, por eludirlas, pero en sí, la distancia no desaparece, sólo es esencialmente parte de nosotros, de lo que perdimos.

En el recuerdo de aquellas cosas es que la encuentro, lejana, perdida, brillante. Y pienso a veces, en mi búsqueda del fracaso, de lo indebido, que si dejara de buscarla… Quién dice que el pasado no vuelva por sus propios medios, ese ayer que no pude alcanzar por mí mismo, me alcance tiempo después. Pero me cuesta, ese autoritarismo tan mío es el que me hace buscar, aún sabiendo que no hay nada, que no voy a encontrarla. Y es que el recuerdo es tan vívido, cuando se escapa, cuando me huye, cuando regresa, pero, a pesar mío, sólo es recuerdo. No debemos confundirnos, el recuerdo sólo es recuerdo, esquirlas del pasado, imágenes borrosas, o no tanto… pero siempre, siempre ajeno. Distinto a lo que ya perdimos, que nos pertenece, ahora y siempre, en forma de recuerdo, de olvido, de memoria, de nostalgia, de melancolía, de canciones, de esquinas, de lugares, de olores, de amores… nuestro, todo. Al final del camino me encuentro, al final de mi búsqueda, repetida, como único resultado, veo que simplemente somos lo que perdimos. Así es como sepulté mi esperanza de su regreso, del retorno de aquel brillo en sus ojos, de la mirada al corazón, de la risa infinita, de la palabra precisa, del corazón astillado, del tiempo en su boca. Todo eso forma parte de mí, porque lo he perdido, porque miro la noche, y busco al silencio, y encuentro la sombras que no hablan, pero calladas dicen tanto, y recuerdo, que no podemos perder aquello que nos pertenece. El recuerdo no es mío, pero sí la pérdida.

Kutxi.

2 comentarios:

  1. Un texto impecable y a la vez una sensación fuerte que se reproduce en letras.

    Estoy un poco tapado de trabajo y estudio, pero voy a aprovechar el fin de semana como para reorganizarme y colaborar con mayor participación.

    Un abrazo.

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  2. ¡Pero qué profundidad de texto en todos los sentidos... y en todos los sentidos de la palabra "sentidos"!

    Hola, Soy Xammoh y quiero felicitarlos por su excelente Blog. Me encanta pasar por aquí en mis cada vez más cortos ratos libres... me parece interesante y muy bien hecho, así que he escrito una entrada en mi blog... El Blog del Xammoh... la entrada la puedes leer por aquí: El Blog del Xammoh

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