domingo, 22 de febrero de 2009

Recomendado del día: Voces en la noche, de Isidoro Blaisten

(Contratapa de edición Seix Barral) "Un vendedor de camisones que circula por la ciudad está convencido de que uno de sus clientes está siendo influenciado por un desconocido dispuesto a arruinar la literatura para todas las generaciones futuras. Su misión indelegable es eliminarlo, pero primero debe descubrir quién es. Esta tarea encuentra su insólito contrapunto en las 'voces de la noche', que se burlan de los esfuerzos del vendedor pero que le ordenan matar, y la voz de la señora Tokoyama, que le recita haikus y le lee las desopilantes enseñantes de un maestro zen. La bella Adela, el herrero Herrero, los inefables armenios y la rubia misteriosa provocan por su parte las más inesperadas situaciones".

Cuentista formidable, escritor de un gran talento, Blaisten tiene entre sus obras a ésta como su única novela. Y hay que decirlo, es para lamentarse, porque estamos en presencia de una pequeña joya literaria. Voces en la noche, desde su estructura (los pequeños capítulos en que la obra está dividida, aportando una dinámica incomparable) hasta su argumento (de una originalidad absoluta), es una novela creativa, ácida y brillante.
La novela entreteje la historia entre dos mundos, uno real y visible, en el cual podemos sentirnos cómodos y disfrutar de la calidez de los personajes; y otro paralelo, que nos inquieta tanto como nos intriga, empezando por las Voces (que escucha el vendedor por las noches), y terminando en el descubrimiento de "la identidad del asesino" (de la literatura, claro está). Con un humor impecable (algunos haikus son inolvidables), un estilo narrativo muy original, y un equilibrio estupendo entre realismo y fantasía, esta novela, por momentos parodia, por momentos pesadilla, es una obra magnífica que, a mi entender, ha sido poco valorada por la crítica y por los lectores en general. No hay que perdérsela.

1 comentario:

  1. Para Isidoro Blaisten, “solemnidad” era una mala palabra, aun peor que el término «boludo», al que le dedicó una balada memorable. En sus cuentos y ensayos solía reírse de aquellas grandilocuentes y rebuscadas palabras que asomaban en los 60 o 70: “desestabilización”, “institucionalización”, “redimensionalización”. Imagino las carcajadas que le hubieran deparado expresiones recientes como “transversalidad” o “fusilamiento mediático”. El diputado Estigmetti, protagonista de uno de sus relatos más logrados, se valía de un cuentista que le preparaba “consignas para responder a las requisitorias del periodismo”, “una guía para sistematizar” de la que brotaban, entre otras, palabras como “desregulación”. El 28 de agosto de 2009 se cumplieron cinco años de la muerte de Blaisten. Ante tanto discurso rimbombante y hueco, he aquí mi recuerdo para uno de los más originales escritores que ha dado el país.

    Ariel Cuch
    aricuch@argentina.com

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